FALP es pionera con Programa de Seguimiento Oncológico

Una vez concluido el tratamiento curativo, el paciente del Instituto Oncológico FALP comienza a atenderse en una unidad que le proporciona acompañamiento integral.

El proceso de atención del paciente con cáncer no termina cuando finaliza su tratamiento activo. Tras él, el beneficio de incluirse en un programa de seguimiento integral, que contemple otras necesidades no prioritarias durante el tratamiento curativo, es parte de una ruta lógica y recomendada por organizaciones oncológicas internacionales. En Chile, el Instituto Oncológico FALP ha puesto en marcha este programa como pionero dentro del ámbito de cuidados oncológicos a largo plazo.

En este sentido, FALP se adhiere a los requisitos de la Organización Europea de Institutos Oncológicos (OECI) en su calidad de Cancer Center, institucionalizando una práctica que ya llevaba tiempo haciendo, pero que requería la formación de una unidad especializada. “La ventaja de pasar a un programa estructurado, con médicos especializados y con tiempos protegidos, es que al paciente no solo se le entregará un abordaje de seguimiento oncológico propiamente tal —explica el Dr. Rubén Soto, subdirector médico de FALP—. También se incorporarán otras facetas que son importantes dentro del seguimiento oncológico y que fueron establecidas por OECI, que tienen que ver principalmente con el tema nutricional, la movilidad, la salud mental, el manejo de otras enfermedades y la detección y prevención de otros cánceres”. En definitiva, un abordaje integral e interdisciplinario.

TEMAS DE LA SOBREVIDA

Los programas postratamiento están revolucionando la atención de los sobrevivientes de cáncer. Porque no solo se centran en la detección temprana de posibles recurrencias de las neoplasias, sino que también responden a las necesidades individuales del paciente, considerando aspectos físicos, emocionales y sociales. El objetivo es que esté cuidado y acompañado.

Los tratamientos oncológicos han mejorado y avanzado mucho en los últimos años, precisa la Dra. María Belén Moscoso, coordinadora del Programa de Seguimiento Oncológico de FALP. Esto ha aumentado la sobrevida por cáncer, por lo que es necesario mantenerse en control constante durante muchos años. “Tenemos más pacientes que han sobrevivido a una etapa de cáncer, y por más tiempo, y en ellos empiezan a aparecer situaciones que antes no estaban en un panorama oncológico regular: las complicaciones derivadas de los tratamientos, los problemas sexuales, los cuadros ansiosos y depresivos, conflictos en su reinserción laboral, entre otras. Todos estos son aspectos que antes no se veían, porque los pacientes tenían menos sobrevida, y ahora son un tema importante de atención”, dice la Dra. Moscoso.

El aspecto preventivo y educativo es otro pilar importante dentro del programa. Aunque la posibilidad de un nuevo cáncer es más alta en pacientes oncológicos que en la población general, muchos se olvidan de los examenes preventivos de manera que hay que hacer oportunamente esa pesquisa —agrega la doctora—. El cambio de hábitos, además, no suele consolidarse. “El 40% de quienes han sido diagnosticados de cáncer, tratados y que están en la etapa de la sobrevida, sigue consumiendo alcohol, por ejemplo”. Respecto de la educación, esta comprende también el entorno del cuidador, que muchas veces no sabe qué hacer con un enfermo de cáncer.

NUNCA ABANDONADO

El Programa de Seguimiento Oncológico comprende la vigilancia clínica, nutrición, terapia ocupacional, kinesiología, psico-oncología, geriatría, fonoaudiología y terapias complementarias. En todas estas áreas se cuenta con equipos altamente especializados y comprometidos.

En el país, en general, existe una precariedad sobre estadísticas de cáncer y qué pasa con el paciente que tiene esta enfermedad. En este sentido, dice el Dr. Rubén Soto, el programa de seguimiento va un paso más allá: “Uno de sus roles es generar investigación nacional con datos de pacientes chilenos oncológicos tratados en un centro especializado, de manera que estaremos generando conocimiento, con el fin de mejorar los tratamientos que brindamos”.

El Dr. Badir Chahuán, jefe de Cirugía Oncológica y Reconstructiva de Mama de FALP, es uno de los médicos que comúnmente deben realizar derivaciones al programa de seguimiento. Comenta que es habitual que los pacientes se apeguen a su oncólogo tratante y que en un principio haya cierta resistencia al cambio de equipo. De ahí, señala la importancia de que cada vez más médicos hagan de la derivación una práctica frecuente, previa conversación con su paciente. Enfatiza que el programa de acompañamiento suma aspectos que antes no estaban considerados y que en ningún caso el paciente se sentirá abandonado.

“El nuevo equipo podrá hacer lo mismo que hacíamos nosotros, los médicos tratantes originales, pero de una forma más integral —detalla—, y eso no significa que esa relación se rompa. Es una manera de asegurarle al paciente que no perderá sus controles, porque su antiguo médico está atendiendo nuevos enfermos. Además, hay siempre una comunicación activa entre el equipo tratante y el de seguimiento, sobre todo si existe alguna sospecha de algo diferente en un paciente. Las unidades se contactan de inmediato para poder otorgar una hora de atención con el oncólogo, cirujano o radioterapeuta, dependiendo del problema que exista. Son horas que están protegidas para que la derivación sea rápida”.

Lo altamente destacable del programa, añade el Dr. Chahuán, es que está para apoyar el control del paciente a largo plazo. En el sistema normal, explica, la consulta de control estaba muy enfocada en la patología misma, pero dejaba de lado todas las otras aristas que surgen en el tratamiento de un cáncer, porque simplemente no había tiempo. El programa de seguimiento, en cambio, “consigue que el paciente pueda acceder a un control oportuno y que incluya las interrogantes que necesitamos que sean resueltas, que abarcan toda la esfera de una sobrevida integral y no se centran solamente en si el cáncer volvió o no”.

El Dr. Soto indica que el programa tiene protocolos de trabajo basados en lineamientos internacionales para las distintas patologías y que estos consideran una comunicación permanente con los primeros médicos tratantes. Coincide la Dra. Moscoso: “Es de suma importancia que los pacientes se sientan seguros de que recibirán un tratamiento oncológico acorde con las pautas establecidas por sus propios médicos”.

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