Sexualidad en pacientes oncológicos: el impacto emocional del cáncer en la vida íntima - Fundación Arturo López Pérez

Sexualidad en pacientes oncológicos: el impacto emocional del cáncer en la vida íntima

El diagnóstico de cáncer y sus tratamientos pueden afectar profundamente la vida sexual y emocional de los pacientes. Abordar estos cambios con una mirada integral y sin tabúes es clave para preservar la calidad de vida y el bienestar de quienes enfrentan esta enfermedad.

La sexualidad es una parte fundamental en la vida de las personas. Los espacios de intimidad propia, el sentirse amado, deseado o atractivo/a para otro u otra influye de forma directa en la autoestima, ayudando a mejorar el bienestar físico y social. Sin embargo, en pacientes oncológicos este tema generalmente queda relegado a un segundo o tercer plano.  

Se espera que, tras recibir el diagnóstico, una persona con cáncer enfoque todas sus energías en afrontar la enfermedad y los efectos secundarios de tratamientos invasivos como la quimioterapia, radioterapia, braquiterapia, terapias hormonales o procesos quirúrgicos, dejando de lado las dificultades que estos puedan generar en su vida sexual. 

Así lo indica Nataly Maturana, psicooncóloga de la Unidad de Salud Mental de  Fundación Arturo López Pérez (FALP), quien aclara que este tema ha ido adquiriendo cada día más relevancia en el tratamiento: “Nos encontramos con que los pacientes no abordan estas temáticas porque no consideran que el aspecto sexual sea prioritario, ya que el enfoque está en la recuperación y el bienestar del proceso oncológico. Sumado a que muchas veces los profesionales carecen de la especialización adecuada para abordar el tema. No obstante, la sexualidad ha tomado importancia de manera paulatina y ha disminuido el tabú en torno a ella. El abordaje depende mucho del ritmo del paciente o si se pesquisa que existen inquietudes o malestares al respecto”.

La sexualidad es una parte fundamental en la vida de las personas. Los espacios de intimidad propia, el sentirse amado, deseado o atractivo/a para otro u otra influye de forma directa en la autoestima, ayudando a mejorar el bienestar físico y social. Sin embargo, en pacientes oncológicos este tema generalmente queda relegado a un segundo o tercer plano.  

Se espera que, tras recibir el diagnóstico, una persona con cáncer enfoque todas sus energías en afrontar la enfermedad y los efectos secundarios de tratamientos invasivos como la quimioterapia, radioterapia, braquiterapia, terapias hormonales o procesos quirúrgicos, dejando de lado las dificultades que estos puedan generar en su vida sexual. 

Así lo indica Nataly Maturana, psicooncóloga de la Unidad de Salud Mental de  Fundación Arturo López Pérez (FALP), quien aclara que este tema ha ido adquiriendo cada día más relevancia en el tratamiento: “Nos encontramos con que los pacientes no abordan estas temáticas porque no consideran que el aspecto sexual sea prioritario, ya que el enfoque está en la recuperación y el bienestar del proceso oncológico. Sumado a que muchas veces los profesionales carecen de la especialización adecuada para abordar el tema. No obstante, la sexualidad ha tomado importancia de manera paulatina y ha disminuido el tabú en torno a ella. El abordaje depende mucho del ritmo del paciente o si se pesquisa que existen inquietudes o malestares al respecto”.

Cánceres con mayor impacto en la vida sexual

Aunque cualquier tipo de cáncer puede afectar la vida sexual de un paciente, existen algunos en los que esta consecuencia es más frecuente. El cáncer de mama, el cáncer de próstata, el testicular y los ginecológicos, por ejemplo, suelen tener intervenciones que afectan directamente la función sexual o la imagen corporal de la persona. En los cánceres digestivos, por su parte, los cambios físicos como el uso de colostomías también generan preocupación sobre cómo se percibe el cuerpo.

Incluso las secuelas postoperatorias de pacientes con cáncer de cabeza y cuello pueden afectar la imagen corporal, la comunicación con el entorno y la afectación de la autoestima, influyendo directamente en el deseo y la vida íntima.

Cambios físicos, emocionales y sociales

Los tratamientos contra el cáncer generan múltiples efectos secundarios que repercuten directamente en la vida sexual de quienes los reciben. Entre ellos, se puede presentar la disminución de la lubricación vaginal, disfunción eréctil, cambios hormonales y tratamientos que tienen un impacto directo con la fertilidad y la proyección de formar una familia. “Otro factor físico importante son los cambios de imagen corporal que generan una afectación anímica”, agrega la psicooncóloga. 

A estos factores se suma el componente emocional. “Los síntomas ansiosos o depresivos pueden generar cierto distanciamiento de los espacios de intimidad, tanto propios como con la pareja”, explica Nataly Maturana. 

Cuando estos síntomas afectan la salud sexual y la calidad de vida del paciente, es fundamental abordarlos con el apoyo de los distintos profesionales de la Unidad de Apoyo Psicológico y Salud Mental de FALP. Esta unidad cuenta con una red de especialistas en psiquiatría, psicología y trabajo social enfocados en las necesidades específicas de los pacientes oncológicos.

La psicooncología trabaja diversas aristas de la sexualidad afectada por el cáncer. Desde el fortalecimiento del autoconcepto y la imagen corporal, hasta talleres para parejas y familias que permiten abrir la conversación y mejorar la comunicación. “Es relevante que este apoyo tenga un enfoque integral con los distintos profesionales (médicos, kinesiólogos, nutricionistas, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos) considerando un enfoque de género y el conocimiento de la diversidad sexual ”, agrega la psicóloga.

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