Según estadísticas del Observatorio Global del Cáncer, cada año más de 8.000 hombres chilenos son diagnosticados con cáncer de próstata, el tercer tipo de cáncer que más muertes provoca a nivel nacional, luego del de pulmón y estómago.

Considerando que la detección precoz es fundamental para diagnosticarlo en etapas tempranas y realizar un tratamiento oportuno, el antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés) es una prueba fiable para identificar alteraciones en la próstata.

El antígeno prostático específico es una proteína producida por las células de la próstata y a través de un examen de sangre, es posible revisar sus niveles. Cuando éstos se encuentran elevados, será necesario verificar si se trata de un trastorno prostático, como la hiperplasia prostática benigna o cáncer de próstata.

¿Qué sucede si tus niveles de PSA están alterados?

Si existe una alteración de los niveles de antígeno prostático específico en la sangre, el médico tratante podría indicar distintos exámenes complementarios, para confirmar o descartar el diagnóstico.

Dentro de los principales, se encuentra la biopsia, en la que se extrae una muestra de tejido de la próstata, la resonancia magnética, que permite detectar imágenes sugerentes de cáncer en la próstata, medir su tamaño y evaluar el compromiso de tejidos cercanos, o la ecografía transrectal, para dirigir la biopsia.

¿Cuándo debes comenzar a hacerte el antígeno prostático?

Todos los hombres de 50 años y más, deben hacerse el examen de antígeno prostático específico anualmente. En caso de tener antecedentes familiares de cáncer de próstata, será recomendable a partir de los 40 años.

Como el cáncer de próstata no presenta síntomas hasta que está en una etapa avanzada, esta prueba es clave para detectarlo de forma temprana, y así, aumentar las probabilidades de que el tratamiento sea exitoso.