El programa se basó en una estrategia intersectorial, convocando a las áreas de salud y educación para ofrecer un espacio de aprendizaje significativo para los estudiantes. Entre los recursos metodológicos, se incorporó el cómic “Dra. Bassi contra el Virus del Papiloma Humano”, desarrollado especialmente para este proyecto educativo como una herramienta destinada a facilitar la comprensión de los contenidos y estimular el interés.
En dos sesiones participativas, lideradas por enfermeras educadoras de FALP, los escolares transitaron por temas relevantes como la responsabilidad afectiva y sexual, el rol del Virus del Papiloma Humano (VPH) en el desarrollo de enfermedades —entre ellas el cáncer cervicouterino — y las medidas que pueden adoptar para cuidarse y cuidar a otros del VPH.
A más de 1 año de la puesta en marcha de esta iniciativa, dirigida a estudiantes de 2° a 4° medio, sus familias, equipos directivos, docentes y asistentes de la educación de 21 establecimientos de dependencia municipal y SLEP de la Región Metropolitana, los resultados son auspiciosos y con beneficios claros, lo que refuerza la importancia de invertir y ampliar programas de este alcance.
Los cerca de 7 mil estudiantes que participaron de esta intervención lograron identificar conductas de autocuidado relacionadas con la prevención de la infección por VPH, del cáncer cervicouterino y de otras enfermedades producidas por este virus. Además, se observó un incremento significativo en el conocimiento de las temáticas abordadas y, en el marco de la reducción de brechas, los hombres —que partían sabiendo menos sobre estos temas— lograron mejorar más, evidenciando el valor de este tipo de iniciativas en la eliminación de desigualdades en el acceso a información sanitaria.
La experiencia también confirmó que las intervenciones sostenidas en el tiempo son más efectivas, ya que los estudiantes que participaron en ambas sesiones alcanzaron mayores niveles de conocimiento y actitudes más favorables frente al VPH que quienes asistieron solo a una actividad. “En conjunto, estos resultados refuerzan que invertir en promoción de la salud en el contexto educativo, desde edades tempranas, es una estrategia concreta y medible para reducir brechas, fortalecer la prevención y avanzar hacia una política sanitaria más equitativa y centrada en las personas”, puntualiza la Dra. Bravo.