Menús de fin de año para personas con cáncer y sus familias

Las siguientes preparaciones siguen las recomendaciones generales de un régimen liviano para pacientes con inapetencia y náuseas, los síntomas más frecuentes relacionados con la alimentación.

El cáncer es una realidad presente en muchas familias de nuestro país, las que se preparan para compartir sus celebraciones de fin de año junto a un papá, una hermana o un tío con la enfermedad. Las cenas, entonces, deben considerar que este integrante está experimentando condiciones especiales.

“Es probable que un paciente que se encuentra estable en su casa presente inapetencia o náuseas, ya sea por la sintomatología propia de la enfermedad o como efecto del tratamiento. El impacto emocional también influye”, explica Julia Iriondo, jefa de Nutrición del Instituto Oncológico FALP.

Equipo de Nutrición de FALP.

Los pacientes que presentan los síntomas descritos deben seguir en general las recomendaciones de un régimen liviano de alimentación (ver recuadro). Sin embargo, de acuerdo a ellas también es posible crear cenas para Navidad y Año Nuevo que disfrute toda la familia. “La idea es que el paciente no tenga un plato especial, sino que comparta con el resto la misma cena; que se integre de una manera cómoda y se sienta parte de la celebración”, comenta la nutricionista.

Con este fin, el Equipo de Nutrición de FALP entrega en esta página algunas ideas de recetas de régimen liviano para diseñar los menús de estas fiestas.

ESTÍMULOS

Más allá de las indicaciones en cuanto a los ingredientes, Julia Iriondo entrega consejos para potenciar la ingesta de alimentos en los pacientes con inapetencia y náuseas.

• Presentación atractiva: “Montar el plato con porciones pequeñas para que provoque ganas de comer, ya que un plato muy abundante genera rechazo desde el inicio”.

• Planificar horario de la cena: “Hay momentos del día en que los pacientes presentan más síntomas y otros en que tienen más apetito, entonces, ajustar el horario de la cena para uno de estos últimos. Eso es individual, todos reaccionan de manera distinta frente al tratamiento y la alimentación”.

• Evitar olores intensos: “Preferir alimentos no tan aromáticos, prepararlos con cierto tiempo, que el paciente se mantenga fuera de la cocina, abrir las ventanas para ventilar, privilegiar preparaciones más frías, evitar aliños cuyos olores molesten”.

• No presionar: “Existen las ganas de que todo salga bien en la celebración y eso puede generar intranquilidad, lo que repercute en sus ganas de alimentarse. Que sea un momento tranquilo, en cuanto a la duración y a las expectativas. Manejar también la frustración de las personas que preparan los alimentos, porque puede ocurrir que el paciente no coma todo por otros factores que no le acomoden en ese momento”.

• Distanciar consumo de líquidos: “No consumirlos tan cerca de las comidas para no ocupar con ellos la capacidad gástrica. Ojalá beberlos por lo menos una hora antes de la cena”.

• Reposo: “No acostarse inmediatamente después de comer, sino que tener un momento para reposar o quizás caminar un poco, para luego dormir mejor”.

• Otros: “Masticar bien los alimentos, servir las preparaciones calientes más bien tibias, y evitar las comidas muy condimentadas, prefiriendo aliños que no sean irritantes, como laurel, orégano, albahaca, hojas de apio y limón”.

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