Matriz de Riesgos Clínicos

Durante los primeros días de junio, el Comité de Riesgos Clínicos realizó una reunión informativa en la que mostró el trabajo que FALP está haciendo para avanzar en una cultura proactiva, invitando a los líderes a involucrarse en este desafío.

En la instancia se dio a conocer la Matriz de Riesgos como estrategia para establecer un sistema de gestión de Riesgos Clínicos, complementando con ello el trabajo que ya se realiza en la Institución. 

La Matriz de Riesgos tiene dos ejes: Probabilidad e Impacto, que permiten asignar un valor a los riesgos que pueden ocurrir dentro de la Organización. Utilizando una escala de 1 a 5, se evalúa tanto la probabilidad de que ocurra el riesgo como el impacto que tendrá si se materializa.

A través de la multiplicación entre la probabilidad y el impacto, el riesgo queda categorizado en 4 niveles: riesgo bajo, moderado, alto y extremo.

En un primer acercamiento se evalúa el riesgo inherente, aquel que existe si no se toma ninguna acción para alterar la probabilidad o el impacto de un suceso, es decir, el riesgo sin controles. A continuación se evalúan los controles presentes, lo que permite establecer el riesgo residual (Riesgo Inherente – Controles = Riesgo Residual). 

Dependiendo del nivel de riesgo residual, se establece una prioridad de intervención (plan de acción) que consistirá esencialmente en agregar nuevos controles y/o mejorar los ya existentes, para cambiar el riesgo residual a un nivel “Riesgo bajo” (verde). El no manejo de riesgos residuales, amenaza el cumplimiento de los objetivos, misión y visión de la Institución. 

A partir de los resultados obtenidos de la Matriz de Riesgo, se espera seguir tomando acciones y medidas que vayan en beneficio de la Institución y nuestros pacientes. 

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