¿Dormir poco puede aumentar mi riesgo de cáncer?

Dormir bien y la cantidad de horas recomendadas, es esencial para el cuidado de la salud. No darle prioridad a este hábito tan importante, puede ser perjudicial, sobre todo a partir de los 50 años.

Idealmente, un adulto debe dormir entre 7 y 8 horas diarias para estar saludable. Durante las horas de descanso, el organismo tiene la oportunidad de reparar y regenerar las células, proceso clave para el mantenimiento de los tejidos y órganos del cuerpo.

Diversos estudios han revelado las consecuencias que puede tener un mal dormir, sobre todo, en adultos mayores de 50 años, edad en la que la regeneración celular comienza a decaer.

De hecho, en una investigación realizada por el University College of London en 2022, fue posible comprobar que la falta de sueño está ligada a un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer. Esto puede afectar a personas de todas las edades, pero se acrecienta una vez cumplidas las cinco décadas.

 

¿Por qué dormir poco nos enferma?

Dormir poco y mal de manera crónica puede aumentar el riesgo de cáncer debido a varios mecanismos biológicos interrelacionados.

• Disrupción del ritmo circadiano: el ritmo circadiano es un reloj biológico interno que coordina muchas funciones corporales, incluida la producción de hormonas como la melatonina. Dormir poco o en horarios irregulares puede desequilibrar el ritmo circadiano y alterar la regulación de genes involucrados en la supresión del crecimiento de células cancerígenas.

• Reducción de la función inmunológica: el sistema inmunológico es esencial para la detección y eliminación de las células cancerosas. La privación crónica del sueño puede debilitar la respuesta inmunológica y dificultar la capacidad del cuerpo para controlar el crecimiento de células cancerosas.

• Inflamación crónica: la inflamación es un proceso que el sistema inmunológico pone en marcha para frenar y reparar tejidos dañados o proteger al organismo de infecciones. Sin embargo, la inflamación crónica provocada por diversos factores, y entre ellos, la deficiencia de sueño, puede desregular este mecanismo y dañar el ADN.

• Desregulación hormonal: la falta de sueño puede alterar la producción y regulación de diversas hormonas, incluidas aquellas que desempeñan un papel en el crecimiento celular y la supresión de tumores. Por ejemplo, la hormona del crecimiento y las hormonas sexuales.

Recuerda que una buena higiene del sueño, puede ser de gran ayuda si tienes dificultades para conciliar el sueño.

Comer mínimo dos horas antes de acostarte, no utilizar pantallas, hacer ejercicio regularmente y evitar sustancias estimulantes, como el café, tabaco y alcohol, pueden contribuir a un buen dormir. ¡No lo olvides!

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