Bronceado saludable: ¿existe realmente?

La llegada del verano y las vacaciones, para muchos pueden ser sinónimo de lograr un “bronceado fascinante”. Sin embargo, más allá de lo estético, existe un trasfondo en el cambio de color en la piel: el daño acumulativo y permanente que se genera cada vez que te expones al sol.

Para comprender lo que ocurre cuando la piel entra en contacto con los rayos UVB/UVA, es importante conocer los factores involucrados en el proceso de bronceado, que en realidad, es un mecanismo de defensa del organismo ante una amenaza o daño inminente.

La piel está compuesta por tres capas: la epidermis, que es la más superficial, la dermis, capa media, y por último, está la hipodermis, que es la capa grasa subcutánea. En la capa basal de la epidermis, podemos encontrar unas células llamadas melanocitos, encargadas de producir melanina, pigmento natural que da color a la piel, los ojos y el pelo.

Cada vez que te expones al sol, los melanocitos aumentan la producción de melanina para proteger a la piel del daño de la radiación. Este aumento del pigmento, es justamente lo que da como resultado una piel más oscura, y finalmente, más dañada. Es decir, mientras más bronceada(o) estés, más ha tenido que luchar tu piel para defenderte de la amenaza que está enfrentando.

Derribando el mito de que “el color es más sano”

Estar al sol sin protección, desencadena una serie de reacciones negativas sobre la piel. Primero, los rayos UV penetran la epidermis y la dermis, luego ingresan a las células y por último, rompen moléculas y generan radicales libres, átomos muy inestables que producen oxidación, dañando el ADN y aumentando el riesgo de cáncer a la piel.

 

Con los niveles de radiación cada vez más extremos, es importante recordar que debemos evitar la exposición al sol, sobre todo en las horas de mayor peligrosidad, entre 11:00 a.m. y 16:30.

Si no es posible poder evitar 100% la exposición, es esencial:

  • Aplicar factor con protección solar 50+, al menos 30 minutos antes de la exposición y reaplicarlo cada dos horas.
  • En caso de bañarse en piscinas, mar o lagos, es necesario secar la piel y volver a aplicar factor solar.
  • El uso de gorros, lentes con filtro solar y quitasoles, puede ayudar a disminuir el riesgo.

Bronceado fascinante, pero sin daño

Si de todas maneras, quieres lograr un color dorado este verano, la opción más saludable son los autobronceantes, sobre todo si están elaborados con ingredientes naturales.

De hecho, la U.S Food and Drug Administration (FDA), importante organismo regulador en salud pública, aprobó la DHA (dihidroxiacetona), un derivado de la caña de azúcar, como un ingrediente seguro para la salud humana, ya que actúa únicamente en la capa superficial de la piel, coloreando sus aminoácidos de forma temporal

¿Qué pasa con los solárium o camas solares? Al igual que el sol, este tipo de método de bronceado es sumamente peligroso, ya que igualmente emite rayos UV, dañando las células y aumentando el riesgo de cáncer de piel.

Recuerda protegerte de lo que no ves, sobreexponerte a los rayos UV del sol puede producir cáncer de piel. ¡Descubre más sobre nuestra campaña para informarte sobre prevención y cuidado de la piel!

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