Para comprender lo que ocurre cuando la piel entra en contacto con los rayos UVB/UVA, es importante conocer los factores involucrados en el proceso de bronceado, que en realidad, es un mecanismo de defensa del organismo ante una amenaza o daño inminente.
La piel está compuesta por tres capas: la epidermis, que es la más superficial, la dermis, capa media, y por último, está la hipodermis, que es la capa grasa subcutánea. En la capa basal de la epidermis, podemos encontrar unas células llamadas melanocitos, encargadas de producir melanina, pigmento natural que da color a la piel, los ojos y el pelo.
Cada vez que te expones al sol, los melanocitos aumentan la producción de melanina para proteger a la piel del daño de la radiación. Este aumento del pigmento, es justamente lo que da como resultado una piel más oscura, y finalmente, más dañada. Es decir, mientras más bronceada(o) estés, más ha tenido que luchar tu piel para defenderte de la amenaza que está enfrentando.