Existen diferentes formas de abordar el tumor prostático –patología que está cubierta por el GES- tanto en el tratamiento de la enfermedad como en su seguimiento. Dependiendo de las características del tumor y de la etapa en la que haya sido diagnosticado, las medidas y terapias pueden incluir:
Vigilancia activa
Este es un método estándar indicado para el cáncer de próstata localizado y de crecimiento lento. Consiste en el monitoreo de la enfermedad con pruebas y exámenes regulares que permiten verificar si el tumor está empezando a crecer o si provoca síntomas. Si el cáncer comienza a crecer o manifiesta síntomas mientras el paciente se encuentra en vigilancia activa, entonces se definirán opciones de tratamiento.
Cirugía
Es un tratamiento estándar para el cáncer de próstata localizado. Consiste en una prostatectomía radical, es decir, la extirpación de la próstata y parte del tejido que la rodea. En caso de que durante la cirugía se encuentren ciertas características adversas (márgenes quirúrgicos positivos, cáncer que afecta las vesículas seminales o que ha crecido a través de la cápsula), después de la intervención se puede administrar radioterapia, terapia hormonal o ambas.
Quimioterapia
Consiste en la administración de medicamentos de manera inyectable u oral para destruir la formación de células cancerosas o impedir su multiplicación. Estos fármacos, que ingresan a la sangre y se extienden por el organismo, se suministran en ciclos o series de tratamiento.
Terapia hormonal
Este tratamiento reduce los niveles de hormonas masculinas, conocidas como andrógenos, o detiene su funcionamiento y su objetivo es disminuir el tamaño del tumor o retardar su crecimiento. Es importante tener presente que la terapia hormonal no cura el cáncer de próstata.
Terapias dirigidas
Consiste en el uso de medicamentos que atacan moléculas específicas (como proteínas) en las células cancerosas o dentro de ellas para detener el crecimiento y la propagación del cáncer, con un daño mínimo de las células sanas. Es un tratamiento usualmente indicado para el cáncer de próstata metastásico que presenta ciertas mutaciones genéticas y es resistente a la terapia hormonal.
Radioterapia
Es un tratamiento que utiliza rayos X de alta energía u otros tipos de radiación destinados a destruir células cancerosas e impedir que estas se multipliquen. Existen dos formas de administración de la radioterapia para el cáncer de próstata:
Radioterapia externa
Es un método en el que, desde una máquina externa al cuerpo del paciente, se aplica radiación al área donde se encuentra ubicado el cáncer. La generación de una imagen tridimensional (3-D) del tumor permite ajustar los haces de radiación de modo que la aplicación de altas dosis de la misma sea precisa y específica (que llegue sólo a la zona afectada), y genere menos daño en el tejido sano circundante. En algunas ocasiones, la radioterapia puede ser hipofraccionada (dosis mayores en menos sesiones de tratamiento, en comparación con la radioterapia estándar), porque es más conveniente para el tratamiento.
Radioterapia interna
Es un tipo de radioterapia que consiste en instalar la fuente que emite la radiación dentro del mismo tumor o cerca de él, lo que permite aplicar las dosis requeridas sin exponer tejidos adyacentes.