Más allá de los ingredientes, existen algunos consejos prácticos que pueden ayudar a estimular la ingesta de alimentos en personas con inapetencia y náuseas:
Cuidar la presentación: Servir porciones pequeñas y bien presentadas puede abrir el apetito. Un plato muy abundante, en cambio, suele generar rechazo desde el inicio.
Elegir bien el horario: Hay momentos del día en que los síntomas son más intensos y otros en que el apetito mejora. Ajustar el horario de la cena a esos momentos más favorables puede marcar una diferencia. Cada persona reacciona de manera distinta.
Evitar olores intensos: Preferir preparaciones poco aromáticas, cocinar con anticipación, ventilar bien la cocina y mantener al paciente fuera de ese espacio mientras se cocina. También se recomienda optar por platos más fríos y evitar aliños de olor fuerte.
No presionar: La celebración debe ser un momento tranquilo. Forzar a comer o generar expectativas altas puede aumentar la ansiedad y disminuir aún más el apetito. También es importante que quienes cocinan manejen la frustración si el paciente no logra comer todo.
Separar líquidos y comidas: Evitar beber líquidos muy cerca de la cena para no llenar el estómago antes de comer. Idealmente, consumirlos al menos una hora antes.
Respetar el reposo: No acostarse inmediatamente después de comer. Un breve momento de reposo o una caminata suave puede ayudar a tener una mejor digestión y descanso.
Otros consejos útiles: Masticar bien los alimentos, servir las preparaciones tibias y evitar comidas muy condimentadas. Se recomiendan aliños suaves y no irritantes, como laurel, orégano, albahaca, hojas de apio o limón.