“En ocasiones pueden ser una ayuda precoz para quienes reciben quimioterapia o radioterapia y necesitan un manejo de los síntomas para tolerar mejor el tratamiento. También pueden aplicarse en la progresión de la patología, durante meses o años, o en las etapas cercanas al final de la vida, cuando las personas requieren asistencia en los últimos días o semanas previas al fallecimiento”, explica la Dra. Alejandra Palma, jefa de la Unidad de Cuidados Paliativos de Fundación Arturo López Pérez (FALP), área clínica con más de 15 años de existencia.
ATENCIÓN PERSONALIZADA SEGÚN LOS REQUERIMIENTOS DE CADA PACIENTE
En el Instituto Oncológico FALP los cuidados paliativos se adaptan a las necesidades individuales de cada paciente, entendiendo que cada persona requiere una atención personalizada. Por ejemplo, esta atención puede comenzar con el apoyo psicológico ante el diagnóstico inicial de la enfermedad; seguir con el manejo de los efectos secundarios que pueden provocar las drogas oncológicas o las altas dosis de radiación durante el tratamiento; y concluir en la fase final de la vida, para alcanzar un deceso sin dolor y en compañía de seres queridos.
Para acceder a este tipo de atención, los pacientes son derivados a la Unidad de Cuidados Paliativos por sus médicos tratantes: “Acá hacemos una evaluación multidimensional con el fin de conocer sus valores, preferencias, deseos y necesidades, y así brindar una atención centrada en la persona. Generalmente, los pacientes ingresan desde el área ambulatoria, pero también puede ser desde el sector de hospitalizados. Lo importante es que la derivación sea precoz, para garantizar una atención oportuna, continua e interdisciplinaria, que permita a las personas alcanzar la mejor calidad de vida posible a lo largo de todo el proceso de enfermedad”, agrega Paula Villagra, enfermera jefa de la Unidad de Cuidados Paliativos FALP.
La implementación de la telemedicina y teleenfermería en el Instituto Oncológico ha sido un avance significativo en la entrega de cuidados paliativos a distancia, permitiendo que los pacientes que viven en zonas remotas —o que tienen condiciones que dificultan su desplazamiento— puedan acceder a ellos. “Recientemente hemos incorporado a nuestra atención la modalidad de telemedicina y de teleenfermería, lo cual nos ha permitido apoyar a pacientes que no pueden asistir presencialmente a FALP. Esto nos ayuda a garantizar una atención continua y permanente, lo que se complementa con orientación telefónica para quienes lo requieran”, indica Villagra.
En esta misma línea, la Dra. Palma menciona: “Nuestro equipo de cuidados paliativos está comprometido con ayudar a cada paciente y familia de la mejor manera posible, adecuándose a sus necesidades, porque cada experiencia de enfermedad es distinta y cada proceso es individual. Queremos y podemos dar una asistencia de buena calidad, complementaria al mejor tratamiento oncológico disponible para nuestros pacientes”.
MEDICINA PALIATIVA, RECONOCIDA COMO ESPECIALIDAD EN CHILE
En agosto de 2024, el Ministerio de Salud incorporó oficialmente a la Medicina Paliativa y Manejo del Dolor al Sistema de Certificación de Especialidades Médicas, tras seis años de tramitación desde que la Sociedad Médica de Cuidados Paliativos de Chile (SMCP) hizo la solicitud de su incorporación a la Superintendencia de Salud, y cuatro años después de que la Corporación Nacional Autónoma de Certificación de Especialidades Médicas (CONACEM) la inscribiera entre las certificaciones de especialidades médicas nacionales.
El reconocimiento formal de la especialidad es un hito relevante para garantizar la provisión de una asistencia sanitaria de calidad a la población, potenciando el desarrollo de programas de formación que permitan a los profesionales que ejercen esta disciplina adquirir las competencias técnicas que se requieren. Asimismo, esta certificación se sumó a la entrada en vigencia de la Ley N° 21.375 en marzo de 2022, la que consagró como un derecho universal el acceso a los cuidados paliativos para todas las personas que padecen patologías terminales o graves, lo que por primera vez incluye a pacientes tanto oncológicos como no oncológicos en la normativa legal.
“De esta forma, se genera un espacio de reconocimiento administrativo concreto, en el que las personas con estudios de postítulo van a tener labores acordes a su preparación, junto con la validación técnica correspondiente. Lo más importante es que, por primera vez en Chile, se reconoce que la Medicina Paliativa es un ámbito de expertise específico y necesario. A la larga, esto irá mejorando progresivamente la calidad de las atenciones de salud que ofrecemos a la población que requiere cuidados paliativos durante todo el proceso de su enfermedad”, concluye la jefa de la Unidad de Cuidados Paliativos FALP.