En qué consiste la inmunoterapia y cuáles son sus desafíos

Sus resultados son alentadores, principalmente en algunos tumores de pulmón, melanoma y vejiga, por ejemplo. En Chile se viene utilizando desde hace más de 10 años, tanto como tratamiento único o combinado con otras terapias.

Dentro de los tratamientos para el cáncer, la inmunoterapia ha emergido en los últimos años como un componente clave, marcando un hito en la forma en que se aborda esta enfermedad. Es de hecho el cuarto pilar de tratamiento, sumándose a la cirugía, quimioterapia y radioterapia. Sin embargo, a pesar de sus notables éxitos, es crucial comprender que no se trata de una solución universal. No es ni para todos los cánceres ni para todas las personas que viven con esta enfermedad.

La inmunoterapia consiste en un tipo de medicamento que busca estimular las defensas del organismo —los linfocitos T— para que ataquen a las células tumorales. El tipo más utilizado en oncología es el de anticuerpos monoclonales, cuya misión es interrumpir la actividad de las células malignas estimulando al sistema inmunológico para que defienda al organismo. Los otros tipos son la inmunoterapia no específica y las vacunas contra el cáncer, pero en estos aún faltan más estudios.

Para el Dr. Mauricio Mahave, subdirector médico de Oncología Médica del Instituto Oncológico FALP, este tratamiento no debe ser administrado en todos los casos. “La inmunoterapia es para tumores y etapas específicas de algún tipo de cáncer. No permite decir ‘como tengo cáncer, quiero inmunoterapia’, para nada”.

Aclara que este es un tratamiento que, antes de ser administrado, debe estar avalado por estudios clínicos, porque no cualquier estimulación del sistema inmunológico puede llamarse inmunoterapia, y en ello hay que tener especial cuidado. Lo recomendable es atenderse con un oncólogo y en un centro especializado.

La inmunoterapia viene utilizándose en Chile desde hace unos 12 años como una nueva alternativa o complemento de las ya existentes, y ha sido muy prometedora en algunos cánceres, tanto localmente avanzados como en etapas más avanzadas.

La llegada de este tratamiento al ámbito de la oncología se debe en gran parte al trabajo clínico de los doctores James Allison (Estados Unidos) y Tasuku Honjo (Japón), quienes obtuvieron el Nobel de Medicina en 2018 por sus descubrimientos en este ámbito.

ESTRATEGIA CON BUENOS RESULTADOS

La eficacia de esta terapia ha llevado a su inclusión en las pautas de tratamiento de varios cánceres, y en el mundo ya tiene calidad de estándar, especialmente en melanoma, cáncer de pulmón, linfomas, cáncer de vejiga y cáncer de riñón, entre otros. En Chile, señala el Dr. Mahave, también está considerada como tal e incluso es financiada en el sistema público para ciertas neoplasias, “lo cual es un tremendo avance para el acceso de los pacientes”. Aun así, es importante insistir en que cada cáncer es único, con perfiles genéticos y moleculares distintos, lo que implica que la respuesta al tratamiento puede variar significativamente entre las personas.

“Se ha visto que ciertos tumores son sensibles a la inmunoterapia y otros que no lo son. Tampoco funciona en todas las etapas. El tumor más sensible a la inmunoterapia es el cáncer de piel tipo melanoma; es donde se han hecho más estudios al respecto”, declara el Dr. Mahave.

En el caso del melanoma, explica, se ha visto que la inmunoterapia funciona en personas que están tanto en etapas avanzadas de la enfermedad como en etapas localizadas. En etapas avanzadas puede lograr que los pacientes vivan más tiempo, e incluso que algunos lleguen a curarse.

“En ciertos tipos de cáncer pulmonar, por ejemplo, está demostrado que en las etapas avanzadas, cuando hay metástasis, puede ayudar a que el paciente viva más tiempo e incluso logra en algunos casos detener la enfermedad en forma definitiva —asegura el Dr. Mahave—. Y cuando este mismo cáncer está localizado y se ocupa inmunoterapia combinada con quimioterapia antes de la operación, puede reducir el tumor, incluso destruirlo, para después ir a la cirugía”.

La combinación de quimioterapia e inmunoterapia es una estrategia que da buenos resultados: “En los pacientes con cáncer de pulmón y en cáncer de mama triple negativo por ejemplo, al combinar las dos terapias antes de la operación puede aumentar la chance de curación. Esas sinergias preoperatorias son muy interesantes y probablemente en el futuro habrá más de ellas. Por el momento, hay estudios de investigación en curso que están evaluando el rol del uso de estos tratamientos combinados antes de la cirugía en varios tipos de tumores sólidos, existiendo ya resultados preliminares muy alentadores, por ejemplo, en cáncer de vejiga”.

El tratamiento de inmunoterapia es simple, intravenoso, no requiere ninguna preparación especial, es ambulatorio y en general tiene efectos secundarios menores que los de la quimioterapia. En algunos países, incluso, se administra a domicilio, con el objetivo de liberar sillones para las quimioterapias.

Su principal limitación es el costo, que es muy alto. Otra es el desafío de investigar realmente cuáles son los pacientes que más se benefician con el tratamiento versus los que no. “Hay mucho conocimiento por recabar, estamos al inicio del camino en este tipo de terapias”, puntualiza el Dr. Mahave.

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