Detectar a tiempo salva vidas: el rol de la prueba FIT para enfrentar el cáncer colorrectal

En Chile el cáncer colorrectal avanza silenciosamente y amenaza con convertirse en la principal causa de muerte por cáncer en menos de una década. El test FIT, un examen de autotoma simple y accesible, podría revertir esta tendencia.

El cáncer colorrectal se ha convertido en una de las principales causas de muerte por cáncer en el mundo y, en Chile, su incidencia no ha dejado de aumentar. Entre 2020 y 2024, 17.388 personas fallecieron por cáncer colorrectal, con un aumento de muertes de 3.126 en 2020 a 3.859 en 2024, según cifras preliminares del DEIS.

“El cáncer colorrectal probablemente, y lo dicen los estudios que están apareciendo, va a ser la principal causa de muerte, reemplazando al cáncer de pulmón, en menos de diez años más”, advierte el Dr. José Miguel Bernucci, director del Departamento de Prevención y Detección Precoz de FALP.

Afecta por igual a hombres y mujeres, principalmente desde los 50 años, aunque en la última década se ha detectado un preocupante incremento en personas menores de esa edad, especialmente en el tramo entre los 45 y 50 años. Frente a este escenario, una herramienta simple, accesible y eficaz se ha posicionado como una de las principales estrategias para revertir esta tendencia: la prueba FIT.

El Test Inmunoquímico Fecal, conocido por sus siglas en inglés como FIT, es un examen no invasivo, que permite detectar sangre oculta, lo que podría significar  un posible signo de pólipos o tumores en el colon o recto. Su gran ventaja es que no requiere preparación previa, dieta especial y puede realizarse en la privacidad de su casa.

“Existen algunas dificultades para que las personas puedan acceder a esta prueba, las cuales se asocian principalmente a la poca distribución del test en atención primaria, falta de programas masivos y organizados de tamizaje en algunos sistemas de salud, y la percepción de que es innecesario realizarlo sin síntomas”, reflexiona la Dra. Carolina Selman, subdirectora de Unidades de Diagnóstico.

En ese contexto, iniciativas como FALP ColonControl, buscan facilitar el acceso al FIT mediante la autotoma, promoviendo un enfoque de prevención activa. Se puede acceder de manera particular o a través de Programas de Prevención a Empresas de FALP. El procedimiento es sencillo: la persona recibe un kit que contiene un tubo recolector para tomar una pequeña muestra de heces. Luego, la debe entregar a la Unidad de Toma de Muestras de FALP, donde es analizada. Si el resultado es positivo, un médico debe indicar  una colonoscopía para confirmar o descartar la presencia de lesiones.

A diferencia de otros métodos, el test FIT es de bajo costo y se puede realizar desde la privacidad de la casa. Sin embargo, su cobertura aún es baja. “Esperamos que esta herramienta, que desde este año está codificada por Fonasa, pueda masificarse, ya que necesitamos llegar a un porcentaje elevadísimo de la población, sobre un 60% para que de esta forma sea una herramienta útil y así disminuir sobretodo la mortalidad y las complicaciones asociadas tanto al cáncer como a sus tratamientos” sostiene el Dr. José Miguel Bernucci.

Se estima que 9 de cada 10 casos de cáncer colorrectal pueden curarse si son detectados a tiempo. La utilización de este test no solo implica una herramienta diagnóstica, sino un cambio en la forma en que enfrentamos el cáncer: pasar de reaccionar a prevenir.

“Para que la prueba funcione y logremos detectar más cáncer colorrectal de forma precoz, un gran porcentaje de la población chilena mayor de 45 años debe hacer este estudio de forma bianual”, asegura el Dr. Roberto Charles, cirujano digestivo del Instituto Oncológico FALP.

Además de la detección precoz, las y los especialistas enfatizan la importancia de adoptar un estilo de vida saludable para reducir el riesgo: mantener una dieta rica en frutas y verduras, no fumar, reducir el consumo de alcohol, disminuir la ingesta de carnes rojas y procesadas, y practicar actividad física de manera regular.

Contrario a lo que muchos creen, tener antecedentes familiares no es un requisito para estar en riesgo: el 75% de las personas diagnosticadas no tiene historial familiar ni predisposición genética. Por eso, se recomienda iniciar el control preventivo a partir de los 45 años, mediante el test FIT.

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