Este análisis de laboratorio se realiza para buscar la presencia de sangre en las heces, señal que puede alertar sobre un posible cáncer de colon, o la existencia de pólipos en el colon o en el recto.
La sangre oculta pasa en cantidades tan pequeñas que solo puede detectarse con las sustancias químicas utilizadas en este tipo de exámenes.
Se recomienda desde los 45, cada dos años.