La cirugía robótica, sin embargo, permite efectuar resecciones más conservadoras, preservando áreas cruciales del pulmón y estructuras vitales como pequeños vasos sanguíneos.
El segundo rol que desempeña la cirugía robótica es en los pacientes con tumores grandes que han recibido tratamientos previos como quimioterapia o inmunoterapia. Estas terapias pueden generar fibrosis o adherencias en las estructuras vasculares o bronquiales, lo que complejiza la cirugía. “En estos casos, la precisión del robot nos permite realizar resecciones complejas de manera más segura y sin necesidad de hacer grandes incisiones”, detalla el Dr, Cheyre.
El principal desafío para FALP en el futuro será seguir estandarizando nuevos procedimientos complejos, con el fin de lograr resultados aún más seguros y ofrecer una mejor calidad de vida a los pacientes. “Nuestro objetivo es ampliar el alcance de esta tecnología para que más pacientes puedan beneficiarse, aportando mayor valor a los tratamientos y buscando siempre mejores resultados oncológicos y funcionales”, concluye el Dr. Díaz.